Este jueves en Tokio, el Reino unido y otros 21 países de la Unión Europea firmaron el Acuerdo comercial anti-falsificación (ACTA), sin embargo sus firmas no servirán de nada hasta que el Parlamento Europeo apruebe dicho acuerdo en junio.
Los países que no firmaron el tratado son: Alemania, los Países Bajos, Estonia, Chipre y Eslovaquia. Muchos otros países, como Estados Unidos, Japón y Australia, firmaron el documento en septiembre del año pasado.
La versión final de ACTA es muy diferente a los primeros borradores, que habrían obligado a los países a desconectar a los usuarios de Internet si se comprueba el intercambio de contenidos con copyright en repetidas ocasiones. La Unión Europea rechazó esta propuesta, y otras ideas tales como la penalización de la utilización de una cámara de teléfono móvil en un cine, también quedaron en el camino.
A pesar de esto, los ciudadanos de la Unión Europea están preocupados por la manera en que ACTA pueda afectar la libertad de expresión y el acceso a medicinas, así como el acceso a la cultura y al conocimiento.
El primer tratado tendrá que ser debatido por el Comité de Comercio Internacional de la Unión Europea (INTA) a finales de febrero o principios de marzo, y luego sometido a votación por el INTA en abril o mayo. La votación plenaria final clave está programada para llevarse a cabo en el Parlamento Europeo entre el 11 y 14 de junio.
El vocero de La Quadrature du Net, Jérémie Zimmermann, afirma que “Los ciudadanos europeos deben reclamar democracia, contra la influencia perjudicial de los intereses corporativos sobre elaboración de políticas globales”.
Al comienzo de Diciembre, el Software Freedom Law Center (SFLC) le previno a la Oficina de Derechos de Autor (Copyright Office) que los vendedores de sistemas operativos utilizarían el sistema de inicio seguro de UEFI (Interfaz Unificada de Firmware Extensible) de manera anti-competitiva, coludiéndose con vendedores de hardware aliados para excluir sistemas operativos alternativos. Como Glyn Moody mencionó, Microsoft no perdió el tiempo al modificar sus requerimientos de Certificación de Hardware Windows para prohibir la mayoría de los sistemas operativos alternativos en dispositivos basados en procesadores ARM que sean lanzados con Windows 8. La Fundación de Software Libre lleva actualmente una campaña contra esto.
Antes de esta semana, esta política pudo haber preocupado solamente a los clientes de Windows Phone, el cual corre en procesadores ARM. Pero esta semana se anunciaron las laptops Ultrabooks, algunas basadas alrededor del procesadores ARM Snapdragon de Qualcomm. A menos que Microsoft cambie su política, estas podrían ser las primeras PCs producidas que nunca podrán correr algo que no sea Windows, no importa como se sienta Qualcomm sobre limitar las elecciones de sus clientes. SFLC predijo en sus comentarios a la Oficina de Derechos de Autor que el mal uso del inicio seguro de UEFI traería semejantes restricciones, ya comunes en teléfonos inteligentes, a las PCs. Entre la nueva política de Microsoft sobre inicio seguro de ARM y el anuncio de Qualcomm, el peor escenario comienza a parecer inevitable.
Los Requerimientos de Certificación definen (en la página 116) un modo de inicio seguro “personalizado”, en el que un usuario presente físicamente puede agregar firmas para sistemas operativos alternativos a la base de datos de firmas del sistema, permitiendo que el sistema inicie esos sistemas operativos. Pero para los dispositivos ARM, el modo personalizado está prohibido: “En sistemas ARM, está prohibido activar el modo personalizado. Solo el modo estándar puede ser activado.” Los usuarios tampoco tendrán la opción de simplemente desactivar el inicio seguro, de la forma en que lo harían en dispositivos no basados en ARM: “Desactivar el inicio seguro NO DEBE ser posible en sistemas ARM.” Entre estos dos requerimientos, cualquier dispositivo ARM que salga con el logotipo de Windows 8 nunca podrá ejecutar otro sistema operativo, a menos que esté firmado con una llave pre-cargada o que se encuentre una falla en la seguridad que le permita a los usuarios pasar el inicio seguro.
Mientras que el inicio seguro de UEFI está diseñado para proteger la seguridad del usuario, estas restricciones no-estándar no tienen nada que ver con la seguridad. Para sistemas no basados en ARM, Microsoft requiere que el modo personalizado sea activado – una demanda incoherente si el modo personalizado es una amenaza de seguridad. Pero el mercado de ARM es diferente para Microsoft en tres aspectos importantes:
Los fabricantes de hardware aliados de Microsoft son diferentes en ARM. ARM es de interés para Microsoft por una razón primaria: todos los dispositivos móviles que llevan el sistema operativo Windows Phone están basados en ARM. En contraste, Intel domina el mundo de las PC. Ahí, los requerimientos de inicio seguro de Microsoft le permiten a los usuarios agregar firmas en el modo personalizado o desactivar el inicio seguro completamente – siguen cercanamente las recomendaciones del foro UEFI, de los cuales Intel es un miembro fundador. Microsoft no necesita soportar programas legados en las versiones de Windows de ARM. Si Microsoft bloquea los sistemas operativos no firmados fuera de las nuevas PCs, se arriesgaría a molestar a sus propios clientes que prefieren Windows XP o Windows 7 (o, hipotéticamente, Vista). Pero sin esta necesidad de soportar sistemas legados en ARM, Microsoft está ansioso por aprisionar a los usuarios.
Microsoft no controla el suficiente mercado en los dispositivos móviles para levantar preocupaciones de abuso monopólico. Mientras que Microsoft no tiene el monopolio en las PCs que tenía en 1998, cuando fue juzgado por violaciones monopólicas, sigue controlando alrededor del 90% del mercado de sistemas operativos en las PCs – esto es suficiente para que les preocupe que al prohibir sistemas operativos que no sean Windows de las computadoras con Windows 8 los reguladores lleguen tocando a su puerta. Pero por ahora podría usar su comportamiento anti-competitivo en los dispositivos con ARM.
Según la comisionada Europea para la Agenda Digital, Neelie Kroes, las compañías deberían dejar de vender tecnología de vigilancia a regímenes represivos, pues dice que venderle a déspotas las herramientas de su represión es, cuando menos, malas relaciones públicas.
Todo esto comenzó a raíz de las revelaciones que “Spy Files” (archivos espía) de Wikileaks trajo consigo.
“Las compañías deben ser transparentes acerca de la tecnología que están vendiendo en ciertos países” dice Kroes, “si la tecnología es utilizada por ciertos gobiernos represivos para identificar ciudadanos inocentes y poner en peligro sus vidas o su libertad, debemos saberlo”. Además agregó que la Comisión Europea puede reaccionar en estos casos con medidas legales, como sanciones.
Kroes está trajabando en una estrategia junto con Catherine Ashton (representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores), la solución podría ser la auto-regulación de la industria de la tecnología. La comisionada sugiere la Iniciativa de Red Global como un posible modelo, que incluye a Microsoft, Google y Yahoo como miembros, y busca encontrar la manera para que la industria prumueva la privacidad y la liberdad de expresión.
Kroes busca que la Unión Europea desarrolle y distribuya herramientas tecnológicas para ayudar a que las personas en países no democráticos se protejan de la vigilancia y eviten los filtros de comunicaciones. Así mismo, promoverá la idea de educar a la gente acerca de los riesgos a los que están expuestos al utilizar redes sociales u otras formas tecnológicas de comunicación.