Las células senescentes (envejecidas) son incapaces de dividirse pero pueden secretar productos químicos que dañan a las células jóvenes que las circundan y por lo tanto no pueden reparar los tejidos envejecidos.
Científicos de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, EE. UU. experimentaron en ratones genéticamente alterados para envejecer prematuramente; identificaron un marcador biológico llamado P16 Ink4a que es específico de las células senescentes, durante la vida de los ratones se les inyectó un fármaco que hace que las células que tienen dicho marcador biológico se destruyan sin dañar otras células que no lo contengan.
Como resultado de la eliminación selectiva de este marcador en células de tejidos en los músculos de los ojos y de grasa, pareció posponer los daños asociados con la edad. Los ratones tratados con el fármaco no presentaron cataratas, mostraron un aumento de masa muscular, más fuerza y mayor masa subcutánea en comparación con los ratones que no habían recibido el fármaco.
El investigador Jan Van Deursen quien dirigió el estudio, afirmó que ha quedado demostrado una relación causal entre las células senescentes y el declive de la función de los tejidos provocados por la edad y la eliminación de este tipo de células en particular en los seres humanos, probablemente tenga el mismo resultado que se obtuvo en los ratones y así los tejidos y órganos funcionarían mejor y serían más resistentes al envejecimiento.
Fuente:
http://www.technologyreview.es/