Se han realizado exitosos experimentos en el ámbito de los tatuajes electrónicos por parte de investigadores de las Universidades de Kent y Manchester, con la colaboración del Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa y el Hospital Great Ormond Street, del Reino Unido.
Se busca que el uso de estos tatuajes en el campo de la medicina sirva para registrar las señales de la actividad cerebral de quienes padecen enfermedades mentales y neurológicas.
Por otro lado, su uso en el medio militar consistiría en la recepción y análisis de datos biométricos para conocer la situación y el estado físico del soldado que lo lleve. Los investigadores opinan que los dispositivos más avanzados podrían facilitar el control de los soldados y la transmisión de órdenes directamente al cerebro.
También tendrían un uso muy amplio como etiquetas de identificación por radiofrecuencia.
Los desarrolladores explican que para evitar daños en el organismo, el dispositivo deberá ser producido con un material biológicamente neutro. Además deberán ser elásticos, con propiedades semejantes a las de la propia piel, y cómodos para poder llevarlos durante largos períodos de tiempo.
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