Especialistas británicos evitaron un transplante de hígado a un bebé de 8 meses, gracias a una serie de inyecciones de células de hígado de un donante, que cumplieron la función de un “hígado provisional”, mientras el original recobraba sus funciones, después de haber sido afectado por un virus.
El tratamiento comenzó implantando en el abdomen del bebé las células del hígado del donante, una vez implantadas se trataron con un procedimiento químico, debido al cual procesaron las toxinas y produjeron las proteínas vitales para el organismo. A las dos semanas de empezado el tratamiento, el hígado del bebé inició la recuperación de sus funciones.
Por el éxito de este tratamiento, los médicos están investigando si esta técnica puede ayudar a otros pacientes con enfermedades agudas del hígado. En el Reino Unido, cada año mueren cerca de 100 personas por falta de donantes de este órgano.
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