Drosophila melanogaster
© André Karwath / CC BY-SA 2.5

Científicos auspiciados por el fondo ruso La ciencia por la prolongación de la vida, probaron exitosamente en insectos de laboratorio, una nueva tecnología genética que en el futuro podrían ayudar a los seres humanos a vivir entre 140 y 150 años.

Fueron varios los estudios realizados, desde la creación de fármacos para rejuvenecer células, hasta la manipulación del genoma para su reparación.

Según explica Alexéi Moskalióv especialista del Instituto de Biología de la Academia de Ciencias de Rusia: El organismo es capaz de reparar él mismo el ADN, pero con la edad las alteraciones se acumulan y provocan varias enfermedades asociadas con la vejez. Suponen los investigadores que es posible la localización de las proteínas que son responsables de la reparación del ADN y estimular su producción en el organismo. Una de las proteínas reparadoras del ADN es la D-GADD45.

La Mosca Drosophila melanogaster (mosca de la fruta o mosca del vinagre) produce gran cantidad proteína D-GADD45 hasta el día 28 de su vida (que normalmente dura 60 días), en el día 26 de su vida la síntesis de esta proteína se reduce considerablemente y pocos días después el insecto muere.

El estudio consistió en crear moscas genéticamente modificados con ADN que disponen de una capa adicional del gen responsable de la síntesis de la proteína D-GADD45. El gen aumentaba 10 veces su producción en machos y 3 veces en las hembras. Del grupo de insectos que estaban bajo control, cuando los no modificados empezaban a morir, las moscas modificadas genéticamente eran todavía bastante activas e incluso llegaron a vivir hasta 90 días (50% más de su longevidad normal) sin verse afectada su capacidad de reproducción.

Como resultado de este estudio, los científicos llegaron a la conclusión de que una gran cantidad de proteína D-GADD45 frena el envejecimiento de los organismos vivos.

Los investigadores continuarán con sus estudios en búsqueda de prolongar la longevidad y repetirán este tipo de experimentos, pero esta vez en ratones.

Fuente:
http://actualidad.rt.com/

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