Los gérmenes se reproducen en lugares improbables, y las cocinas pueden llegar a convertirse en un verdadero caldo de cultivo para las bacterias, aún las más impecables, ya que a menudo cuando limpiamos, lo que realmente hacemos es contaminar el resto de las superficies y finalmente, nuestros alimentos, pudiendo así contraer enfermedades.
A continuación te mencionamos los cinco lugares de tu cocina que jamás habrías pensado que son los más sucios, y cómo dejarlos libres de bacterias de manera eficaz:
- El mango de la puerta del refrigerador
De acuerdo a estudios realizados, los microbios que viven en el pollo, cerdo y carne de res, pueden ser encontrados casi siempre en la manija de la puerta de los refrigeradores.
Esto se debe a la denominada ‘contaminación cruzada’, que ocurre cuando estamos realizando alguna actividad como, por ejemplo, cortar carne, y enseguida abrimos el refrigerador para tomar algo que ocupamos, sin darnos cuenta que en este proceso, hemos llevado gérmenes de la carne al mango de la puerta del refrigerador.
Solución: La manera más sencilla y rápida de evitar este tipo de contaminación consiste sólamente en lavarse las manos antes de tocar otra superficie, pero debemos lavarlas correctamente, esto es: usar jabón y agua durante 15 segundos y cerrar el grifo con una toalla de papel o con nuestro codo. Si lo cerramos con las manos, estaremos de nuevo contaminándolas con los mismos organismos que dejamos en el grifo cuando lo abrimos.
- El grifo
El los paises desarrollados usualmente se da por sentado que el agua que sale del grifo es potable, es decir, que es segura para el consumo humano. Sin embargo esto no siempre es así. Desde hace tiempo se sabe que aunque esta agua está relativamente limpia, no está 100% libre de todo tipo de bacterias. Por otro lado, quienes usan agua de pozo deben saber que ésta es suceptible a las toxinas del suelo y a infiltraciones sépticas, sobre todo en temporadas de lluvia.
Solución: Si no estás seguro de que el agua que utilizas para cocinar está limpia, opta por usar agua embotellada o un sistema de filtración para purificarla. Recuerda que cualquier cosa que se utilice en la preparación de alimentos, potencialmente dejará partículas de ello en los alimentos, así que es importante que el agua que utilizamos esté libre de agentes patógenos.
- Las toallas de los trastes
Generalmente pensamos que nuestras toallas están libres de gérmenes, ya que las usamos para secar nuestras manos recién lavadas y los platos limpios. Pero después de esto, la humedad que permanece en la toalla, sumada al calor de la cocina, promueve la proliferación de bacterias.
Solución: Cambia frecuentemente las toallas y lávalas con desinfectante.
- Las esponjas
Si bien usamos la esponja para limpiar, eso no significa que está limpia. Muchas personas cometen en error de utilizar la esponja de los trastes para limpiar una de las superficies más sucias: el fregadero. Éste cuenta con una rica variedad de peligrosos gérmenes y bacterias, incluidas la E. coli y la salmonella. Así que cuando usamos esa misma esponja para “limpiar” nuestros platos o las barras y encimeras donde preparamos nuestros alimentos, lo que estamos dejando es una variedad de bacterias que podemos ingerir cuando se contaminan nuestros alimentos.
Solución: Cambia la esponja con regularidad y procura utilizar otra diferente para limpiar superficies como el fregadero. Si no tienes la posibilidad de cambiarlas con frecuencia, sumérgelas en agua caliente a la mayor temperatura que soporten las esponjas. Las altas temperaturas matan a la mayoría de los microbios.
- El drenaje del fregadero
Sólo porque no lo veas no significa que no esta ahí. Pero es precisamente porque no lo vemos, que suele pasarse por alto durante la rutina de limpieza de nuestra cocina.
La mayoría de la gente sólo de preocupa por limpiar lo que está a la vista, y zonas como el drenaje del fregadero se convierten en un refugio perfecto para bacterias, moho, mildiu, gusanos, e insectos como hormigas y cucarachas son atraidos por la oscuridad, la humedad y el calor de esta área.
Con el tiempo, las bacterias pueden introducirse en el fregadero general e infectar los trastes que colocas ahí después del lavado.
Solución: Vierte agua hirviendo por el desagüe una vez por semana para matar los organismos que allí viven. Después, vierte cloro para asegurarte de acabar con los que hayan sobrevivido.
LIMPIANDO EL PISO DE LA COCINA
La limpieza de la cocina no estará completa si dejamos de lado el piso, que rápidamente se ensucia con el tráfico peatonal, líquidos derramados y alimentos que dejamos caer. Así que por último, aquí que te decimos qué utilizar para limpiarlo:
- Amoníaco
Mezcla 1 cucharada de amoníaco, 1 cucharadita de detergente líquido y 2 tazas de agua. Pasa la esponja con la mezcla sobre la zona. Friega si es necesario.
Advertencia: El amoníaco puede causar irritación de los ojos y puede afectar la respiración. Ventila bien la zona y mantén el amoníaco lejos de niños y mascotas.
- Cloro de uso doméstico
Mezcla 1 cucharada de cloro en 1 taza de agua tibia. Empapa el área con la solución, dejándola actuar durante 10 minutos. Continúa con el trapeador o una esponja.
Advertencia: El cloro puede causar quemaduras en la piel si se usa incorrectamente. Diluye correctamente para evitar la corrosión. Ventila y mantenerlo alejado de niños y mascotas.
- Vinagre
Mezcla 1/4 de taza de vinagre blanco con 1 taza de agua tibia. Pasa la esponja con la mezcla sobre el área inmediatamente.
Advertencia: Seguro para su uso en la mayoría de las circunstancias.
Fuente
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