Hay evidencia que muestra que las familias disfuncionales durante la infancia pueden afectar  la forma en que padres interactuan con sus hijos más tarde, lo cual a su vez puede influenciar la forma en que los hijos se conectan con sus padres.

Foto: AgameCalledJustice

Un estudio hecho por Frommer y O’Shea en 1973 encontró que las madres que habían experimentado grandes problemas u hogares disfuncionales durante la niñez tendían a ser abusivas o bastante dañadas en su rol materno; sin embargo, Rutter (1979) notó que las mujeres que habían sido criadas en instituciones, pero que después se casaban con hombres estables y tenían relaciones satisfactorias, tendían a ser muy buenas madres.

Parece improbable que haya una simple relación entre las experiencias de infancia de los padres y sus propios estilos de paternidad. En realidad, el estilo de paternidad/maternidad parece depender de muchos factores. Según Rutter (1979), éstos incluyen factores pasados, tales como la existencia de un conflicto marital entre padres, separación de niños o rechazo de estar juntos, así cómo factores actuales, tales como la situación socio-económica de la persona y los factores psicológicos que tienen que ver con las circunstancias del individuo, tales como el sentimiento de “estar en control”.

Podemos ver, por lo tanto, que el estudio de experiencia temprana, involucra muchas variables distintas. Un problema es que tales estudios tienden a confiar en los reportes acerca de niños de otras personas, como profesores o trabajadores institucionales, así que son profecías sensibles y auto-cumplidas basadas en las expectaciones de los miembros del personal. Ésta clase de estudios no pueden realmente asesorar la calidad del cuidado dentro de la familia; por lo tanto, es difícil identificar el por qué la situación produjo el resultado de la forma específica.

 

Fuente: Nicky Hayes, Foundations Of Psychology, Personal Development, Effects Of Disrupted Homes, página 701. 

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