Como mujeres, crecemos con cierto concepto creado en nuestra infancia del hombre perfecto. Tal concepto varía y basado en nuestras experiencias, personas y sentimientos tempranos; éste, puede ir alimentándose. 

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Pudo ser que nuestro concepto de “Hombre Ideal” sea un reflejo de una figura masculina importante para nosotros, o incluso, el completo opuesto. También puede ser cosas que vimos que le hacían falta a alguna figura femenina que teníamos en la infancia. Finalmente, cosas que a medida que crecimos vimos y absorbimos de la media.

En realidad, la forma en que creamos ese concepto es lo de menos, la verdadera pregunta es: ¿Existe el hombre ideal de cada persona?. Es posible que haya alguien con la mayoría o todos los aspectos que estamos buscando, lo realmente difícil es encontrar ese alguien; sin embargo, basada en mis experiencias y concepto propio de hombre ideal, ésto es lo que he deducido de la gran mayoría:

Hay tres cosas intangibles y emocionales que buscamos principalmente en un hombre. La inteligencia (intelecto, conocimiento, etc), la expresión física (la habilidad de demostrar con su cuerpo/cara lo que siente) y la afección (Amor, sublimidad).

Pues bien, he notado que generalmente los hombres con inteligencia y expresión,                              pueden ser complejos y profundos con su sexualidad y su intelecto; pero encuentran difícil establecer una conexión sentimental con una mujer. No quieren/pueden enamorarse y cuando lo hacen, de alguna u otra forma, rompen ese lazo. Éstos son los que más hieren.

Por otro lado, los hombres con inteligencia y afección, encuentran difícil expresar/exteriorizar su interior. Pueden tener sentimientos sublimes, pueden demostrarlo con palabras y acciones; PERO sus expresiones faciales/corporales pueden llegar a ser frías. Éstos podrían causar que una mujer se sienta vacía.

Finalmente, están aquellos que tienen expresión y afección. Saben hacer conexiones y demostrarlo físicamente; pero no saben como invertir el amor de manera intelectual. También debemos recordar que el humor es una forma de intelectualidad, especialmente el sarcasmo. Éstos hombres tienden a ser poco creativos en sus formas de decir “¡Te amo!”; se aferran de cosas clichés, las conversaciones no son tan profundas y la mujer, si ésta es intelectual, podría aburrirse rápido e incluso sentirse sola en algunos aspectos.

¿Hombre ideal? Si tiene las tres cosas, es un hombre intangiblemente perfecto. A ésto, se le agrega el aspecto más superficial (que no hemos tocado, pero psicológicamente importante), la belleza física, y tenemos todo para estar satisfechas. Mientras que se crea un agujero negro en algún punto del espacio. 

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