Aunque hay muy poca investigación sobre emociones positivas, en comparación con aquellas de emociones como el miedo y la rabia; se han hecho algunos estudios que muestran interesantes resultados. En sus investigaciones psicológicas, Argyle y Crossland identificaron 4 dimensiones de emociones positivas.
La primera fue llamada “Absorción”; ya que consiste desde experiencias absorbentes y privadas de la vida social, las cuales fueron más superficiales en términos de la cantidad de atención y concentración que éstas requerían.
La segunda dimensión parecía involucrar sentimientos de “Potencia”; por lo tanto, así le llamaron. Se trataba de si la persona se sentía activa y capaz. Parte de esta dimensión consiste en aquellas cosas como el deporte y ser exitoso en el trabajo; mientras que la otra parte se trata de experiencias como el disfrutar de un baño tibio o escuchar música.
La tercera parecía estar enlazada con el “Altruismo” y así le llamaron. Por un lado encontraron situaciones tales como conversaciones y actividades generosas grupales y de comunidad (Como la iglesia o trabajo de caridad). Por otro lado, encontraron situaciones más auto-indulgentes tales como recibir un regalo valioso o comenzar a practicar un hobby de preferencia.
La cuarta dimensión es la “Espiritual”. Porque estaba conectada con situaciones significativas personales en un extremo, tales como resolver un crucigrama o disfrutar de la naturaleza; mientras que al otro extremo, se hallaban situaciones triviales tales como verse un programa de suspenso en la televisión o comprarse algo bueno para si mismo.
Éste trabajo por Argyle y Crossland nos muestra una forma en que nuestras emociones positivas como la alegría, la gratitud, la serenidad y el optimismo, entre otras; pueden ser identificadas, exploradas y clasificadas.
Fuente: Nicky Hayes, The Foundations Of Psychology, Motivation and Emotion, Page 464