Voyager 1
Imagen: NASA

Por casi 35 años, la sonda Voyager 1 de la NASA ha estado avanzando a toda velocidad hacia el borde del sistema solar, volando a través del oscuro vacío en una misión diferente a todo lo intentado antes. Un día, los controladores de la misión esperan, que Voyager 1 saldrá del sistema solar por detrás y entrará al reino de las estrellas – el espacio interestelar.

Ese día puede estar sobre nosotros.

“Los datos más recientes de Voyager 1 indican que estamos claramente en una nueva región donde las cosas están cambiando rápidamente”, dice Ed Stone, científico del proyecto Voyager en el Instituto de Tecnología de California, en Pasadena. “Esto es muy emocionante. Nos estamos acercando a la frontera final del sistema solar.

La “frontera” se está refiriendo al límite de la heliósfera, una gran burbuja magnética que rodea al sol y los planetas. La heliósfera es el campo magnético del propio sol inflado a proporciones gigantescas por el viento solar. En el interior se encuentra el sistema solar -“casa”. Fuera se encuentra el espacio interestelar, donde ninguna nave espacial ha ido antes.

Una señal reveladora de acercamiento de la frontera es el número de rayos cósmicos que golpean a la Voyager 1. Los rayos cósmicos son partículas de alta energía, tales como protones y núcleos de helio acelerado a casi la velocidad de la luz por supernovas distantes y agujeros negros. La heliósfera protege el sistema solar de estas balas subatómicas, desviando y frenando muchas de ellas antes de que puedan llegar a los planetas interiores.

Cuando la Voyager se acerca a la frontera, el número de rayos cósmicos ha aumentado.

“Desde enero de 2009 hasta enero de 2012, se había producido un aumento gradual de cerca del 25 por ciento en la cantidad de rayos cósmicos galácticos, que Voyager estaba encontrando”, dice Stone.

“Más recientemente, sin embargo, hemos visto una escalada muy rápida en la parte del espectro de energía. Empezando el 7 de mayo de 2012, los golpes del rayo cósmico han aumentado un cinco por ciento en una semana y nueve por ciento en un mes”.

El fuerte aumento significa que la Voyager 1 podría estar en el borde de un gran avance de 18 mil millones de kilómetros de la Tierra.

Cuando la Voyager 1 realmente salga de la heliósfera, los investigadores esperan ver otros cambios también. Por un lado, las partículas energéticas del Sol empezarán a escasear cuando la nave espacial salga detrás de la Heliósfera. Además, el campo magnético alrededor de Voyager 1 cambiará la dirección de la del campo magnético del sol al del magnetismo nuevo e inexplorado del espacio interestelar.

Hasta ahora, ninguna de esas cosas ha sucedido. No obstante, el aumento repentino de los rayos cósmicos sugiere que no podría ser largo.

Mientras tanto, la Voyager 2 está haciendo su propia carrera de las estrellas, pero debido a su ritmo más lento se queda unos mil millones de kilómetros detrás de la Voyager 1. Ambas naves espaciales permanecen en buen estado.

“Cuando las naves Voyagers fueron lanzadas en 1977, la era espacial era de 20 años de edad”, dice Stone. “Muchos de nosotros en el equipo soñamos con llegar al espacio interestelar, pero realmente no había manera de saber cuánto tiempo de viaje sería – o si estos dos vehículos en los que hemos invertido tanto tiempo y energía funcionarían el tiempo suficiente para llegar a él”.

A medida que la era espacial se acerca a la marca de 55 años, no hay duda: Las Voyagers están yendo a la distancia.

Fuente
http://www.nasa.gov/ (en inglés)

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