Hace pocos días La Bahía Pirata anunció que en el futuro partes de su sitio podrían ser hospedadas en vehículos aéreos no tripulados controlados por GPS. Para muchos esto puede haber sonado como una broma, pero de hecho estos vehículos aéreos no tripulados piratas ya existen. El proyecto “contramedidas electrónicas” ha construido un enjambre de cinco vehículos completamente operacionales que prueban que un “Napster aereo” o una “Bahía Pirata voladora” no es tan futurista como suena.
En un esfuerzo continuo por frustrar la censura, La Bahía Pirata planea convertir vehículos aéreos no tripulados en lugares de hospedaje móvil.
“Todos saben lo QUE es La Bahía Pirata. Ahora tendrán que pensar en DONDE está La Bahía Pirata,” le dijo el equipo de La Bahía Pirata a TorrentFreak el pasado domingo, anunciando su proyecto de los vehículos.
Liam Young, co-fundador de “Tomorrow’s Thoughts Today” (Pensamientos de mañana hoy), estuvo asombrado al leer el anuncio, no tanto por la tecnología, por que su grupo ya ha construido un enjambre de vehículos aéreos para compartir archivos.
“Pensé espera, ya estamos haciendo eso”, le dijo Young a TorrentFreak.
Su punto inicial para el proyecto “contramedidas electrónicas” fue crear algo como un “Napster aéreo” o una “Bahía Pirata voladora”, pero se convirtió en más que eso.
“En parte una infraestructura nomádica y en parte enjambre de robots, hemos reconstruido y reprogramado los vehículos aéreos para difundir su propia red Wi-Fi local como una forma de Napster aéreo. Se organizan en formaciones, difundiendo su red pirata, y entonces se dispersan, escapando a la detección, solo para volver a formarse en otra parte”, dice el grupo describiendo su creación.
En resumen, el sistema le permite al público compartir datos con la ayuda de robots voladores. De manera similar a el “Pirate Box“, pero uno que vuela autónomamente sobre la ciudad.
“El público puede subir archivos, fotos y compartir los datos uno con el otro según los robots flotan sobre los espacios públicos significativos de la ciudad. El enjambre se convierte en una red de difusión pirata, una infraestructura móvil con la que pueden interactuar las personas”, explican los creadores.
Una diferencia principal comparada a los centros de intercambio de archivos tradicionales es que requiere de una inversión fuerte. Cada uno de estos vehículos aéreos no tripulados cuestan alrededor de 1500 euros para construir. No es una gran sorpresa, considerando el hardware que es necesario para mantener estos centros aéreos en el aire.
“Cada uno recibe energía de dos baterías LiPo de 2200mAh. La elevación es provista por 4 motores Roxxy Brushless que llevan un tablero de control para vuelo por GPS. También en cubierta hay sensores de altitud y giroscópios que mantienen el vuelo estable. Todos hablan a un sistema de control maestro mediante módulos inalámbricos XBee,” le dijo Young a TorrentFreak.
“Todos estos se sientan en un marco de aluminio de 10mm x 10mm y están envueltos en un vacío formado por una cubierta aerodinámica. La red es difundida usando varias configuraciones de hardware que van desde módulos gumstick con Linux, ruteadores inalámbricos y memorias USB para almacenamiento.
Para Young y su equipo esto es solo el comienzo. Con el soporte financiero apropiado espera poder construir más robots voladores e incrementar el rango que pueden cubrir.
“Estamos planeando escalar el sistema al incrementar el rango de difusión y construir más robots voladores para la manada. También estamos construyendo en otros sistemas como bases de recarga de baterías autónomas. Buscamos fondos y apoyo para que nos asistan en escalar el sistema”, le dijo a TorrentFreak.
Los que ven los robots voladores en acción notarán que no solo son prácticos. El fondo creativo y artístico del grupo brilla, con la coreografía realizada por los robots siendo quizá más impresionante que el componente de intercambio.
“Cuando la audiencia interactúa con los robots estos brillan con brillantes colores, rompen formación, son llamados y su patrón de vuelo se vuelve más dramático y expresivo”, explica el grupo.
Además del valor artístico, los robots pueden tener otros usos más allá de ser centros piratas”. Por ejemplo, pueden servir como soporte de comunicaciones de persona a persona para quienes protestan y activistas en regiones donde el acceso a Internet es censurado.
De cualquier manera, ya sea Hollywood o un dictador, siempre habrá grupos que tendrán una razón para derribar estas máquinas. Pero seamos honestos, ¿quién se atrevería a destruir tan bella pieza de arte?
Fuente:
https://torrentfreak.com/ (en inglés)