Los Gliomas, el tipo de tumor cerebral más común, también está entre los cánceres más mortales: su taza de mortalidad es del casi 100 por ciento, en parte por que hay muy pocos tratamientos disponibles.
Un equipo de investigadores del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), la Universidad de Harvard, el Hospital General de Massachusetts (MGH) y Agios Pharmaceuticals han desarrollado una forma de identificar un subconjunto particular de tumor canceroso, que podría ayudar a los doctores a elegir tratamientos y crear nuevas drogas que apunten a la mutación genética subyacente de la enfermedad.
Los científicos han sabido por varios años que muchos tumores cerebrales involucran una mutación en el gen para una enzima llamada isocitrato deshidrogenasa (IDH). Esta enzima está involucrada en el metabolismo celular – el proceso de quebrar moléculas de azúcar para extraer energía de ella. Las mutaciones IDH son encontradas en hasta el 86 por ciento de los gliomas de bajo grado, que tienen una mejor prognosis que los gliomas de alto grado, también llamados glioblastomas. Los pacientes con gliomas de bajo grado pueden sobrevivir por años, aunque los tumores casi siempre prueban ser fatales.
Varias compañías farmacéuticas están persiguiendo drogas que apunten al IDH, con la esperanza de detener el crecimiento del tumor. Algunas de estas drogas entran a pruebas clínicas dentro del año, dice Matthew Vander Heiden, un miembro de Instituto David H. Koch para la Investigación Integral del Cáncer del MIT.
Vander Heiden es parte del equipo que desarrolló tecnología de imágenes para revelar si los tumores cerebrales tienen la mutación IDH, lo que podría ayudar a los investigadores a monitorear si las drogas potenciales están teniendo el efecto deseado. Los investigadores describieron su técnica en la edición en línea de Science Translational Medicine del 11 de enero.
Detección no ambigua
Cuando el IDH muta, una célula del tumor comienza a producir vastas cantidades de una molécula llamada 2-hidroxiglutarato (2-HG). Investigaciones previas han mostrado que el 2-HG interfiere con la regulación de la expresión de ADN, causando que la célula se revierta a un estado inmaduro que conduce a un crecimiento descontrolado. (Las mutaciones IDN también son encontradas en algunas formas de leucemia y, rara vez, en otros cánceres.)
La nueva técnica de imágenes utiliza espectrología de resonancia magnética (RM), la que analiza las propiedades magnéticas los núcleos atómicos, para localizar 2-HG en el cerebro. Otros investigadores han tratado de capturar imágenes de 2-HG con espectroscopia RM, pero encontraron difícil de distinguir 2-HG de otros de los metabolitos comunes del cerebro, como el glutamato y la glutamina.
Los investigadores del MGH liderados por George Sorensen y Ovidiu Andronesi, el autor líder de la revista académica del Science Translational Medicine, encontraron una manera de detectar el 2-HG sin ambigüedad al hacer los escaneos RM en dos dimensiones, lo que da la suficiente información para distinguir concluyentemente el 2-HG de compuestos similares. La técnica de obtención de imágenes no requiere ningún equipo especializado; puede hacerse con los escáneres IRM ya encontrados en la mayoría de los hospitales.
“Lo más emocionante de esto es que abre la posibilidad de que conforme las drogas contra los gliomas se desarrollan, podrás saber que pacientes con tumores cerebrales poner en las pruebas clínicas, y sabrías si las drogas que estás dándoles realmente están haciendo lo que se supone que hacen“, dijo Vander Heiden.
Actualmente, la única manera de medir los niveles de 2-HG es haciendo una biopsia cerebral y haciendo una espectrometría de masa en el tejido. Esto se hace comúnmente cuando el tumor cerebral fue diagnosticado por primera vez, pero no puede hacerse en forma regular, dijo Hai Yan, un profesor asistente de patología en la Universidad Duke.
“Si puedes detectar [2-HG] en el tejido o en la sangre, le permitiría a los médicos decir si los tratamientos para el tumor han sido efectivos o no“, dijo Yan, quien no estuvo involucrado en esta investigación.
Fuente:
http://web.mit.edu/ (en inglés)