Aeryon Scout
Aeryon Scout
Imagen: Dkroetsch

Cuando se habla de VANTs (Vehículos aéreos no tripulados), normalmente nos vienen a la mente los aviones de reconocimiento de Estados Unidos que cruzan sobre el Medio Oriente, empleados para vigilar a los sospechosos de terrorismo.

Para la gente de Nome, Alaska, representan algo diferente. Si un avión de vigilancia piloteado remotamente no hubiera estado monitoreando las corrientes de hielo del Mar de Bering durante la semana pasada, un cargamento de emergencia de 1.3 millones de galones (5 millones de litros) de petróleo no habría alcanzado el pueblo encerrado en hielo y nieve tan pronto como lo hizo.

Según el diario Anchorage Daily News, el Aeryon Scout, micro vehículo aéreo no tripulado, lanzado desde las costas de Nome por investigadores del Instituto de Geofísica de la Universidad de Alaska en Fairbanks (UAF), se asemeja a “un detector de humo con alas y piernas” y es parte de una flota que se expande rápidamente de robots aéreos pequeños y medianos que se está volando en el país para todo tipo de trabajos de recolección de inteligencia tediosos o riesgosos.

Es de esta manera que los navegantes a bordo del barco Healy, el rompehielos de la Guardia Costera de los Estados Unidos que abrió un camino para un buque petrolero ruso, pudieron darse una idea de con qué se estaban enfrentando. Si no fuera por los VANTs, ¿de qué otra forma se supone que los navegantes e investigadores trazaran conjuntamente una ruta para llevar los enormes arrecifes de hielo hacia afuera del puerto de Nome eficientemente, de manera relativamente barata y sin poner en riesgo la vida y las extremidades?

En un compacto de tres pies de diámetro, el Scout puede transmitir imágenes nítidas y video en una línea de visión de 1.8 millas en duraciones de vuelo de 25 minutos con carga útil. El VANT que funciona con baterías puede alcanzar una velocidad máxima de 30 millas por hora. Tiene capacidad de alcance de cualquier lugar de entre 10 a 320 pies sobre el hielo.

El verano pasado, el Instituto de Geofísica de la UAF, en conjunto con BP Alaska, probaron en vuelo al Scout, y se refirieron a él como una “herramienta valiosa” para la recopilación de imágenes aéreas para acelerar los esfuerzos de limpieza de derrames de petróleo.

Algunos lugareños obstinados de Nome insisten en que el embarque de “emergencia” es una crisis fabricada. Se anticipaba que, sin cargas en los buques rusos, las reservas de diésel, gas y combustible para la calefacción de hogares, se terminarían alrededor de Marzo o Abril, mucho antes de la llegada de barcazas a finales de Mayo o Junio. Así que esta entrega sin precedentes guiada por VANTs era extremadamente urgente.

Bien por los investigadores y oficiales que usan aviones piloteados remotamente para un bien real. Pero aún así, basta con que hurguemos un poco en Internet para que la idea del uso de VANTs para fines no nefastos comience a desvanecerse. Basta con mirar las cintas de demostración del Aeryon Scout, que fuera de proyectos de investigación académicos pintorescos y potencialmente dignos de aplausos, repentinamente adquieren tonos de campo de batalla.

Este no es el único Aeryon en uso, pues ya numerosas empresas de robótica están entrando al juego.

El Scout se ha mantenido muy por debajo del límite de 400 pies. Pero la preocupación es que éste, y otros VANTs similares, siempre pueden ser configurados y aprovechados para volar más alto y remoto, y quizás con intenciones menos honestas.

Los VANTs por sí mismos no son el problema, al menos no por ahora. El problema es que, mientras los humanos estén al mando, el impulso de alejarse de un buen uso siempre se encontrará en la cuerda floja.

Fuente:
http://motherboard.vice.com/ (en inglés)

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